Bienvenidas

(…) En el mundo del arte hay muchas mujeres importantes al frente de galerías, por ejemplo, y ellas también tienden a exponer sobre todo a artistas masculinos. En los últimos diez años, alrededor del ochenta por ciento de todas las exposiciones de Nueva York han sido de hombres. (…) El precio más alto que se ha pagado por una obra de un artista posterior a la Segunda Guerra Mundial, un lienzo de Rothko, fue 86,9 millones de dólares, mucho más que el precio más alto que se ha pagado nunca por la obra de una mujer, la araña de Louise Bourgois que se vendió por 10,7 millones. El estigma de lo femenino y sus innumerables asociaciones metafóricas afectan a todo el arte, no sólo al visual. Pequeño, suave, débil, emocional, sensible, doméstico y pasivo se oponen a las cualidades masculinas grande, duro , fuerte, cerebral, resistente, público y agresivo. Muchos hombres tienenlas primeras y muchas mujeres las segundas, aunque la mayoría somos una mezcla de ambos.
Los atributos asociados a los dos sexos están determinados culturalmente y a menudo registrados en nosotros de una forma subliminal y no consciente, y constriñen y denigran más a las mujeres que a los hombres. De hecho, tanto Rothko como Bourgeoiseran eran personas sumamente sensibles, problemáticas, emotivas y egoístas, con un carácter que mezclaba cualidades típicamente femeninas y masculinas. De los dos, Bourgeois era a todas luces la más fuerte y, de acuerdo con los adjetivos enumerados más arriba, la personalidad más “masculina”. Rothko se suicidó; Bourgeois siguió luchando y trabajando con furia hasta que murió a los noventa y ocho años (…)

Siri Hustvedt, La mujer que mira a los hombres que miran a otras mujeres,2017

Publicado por AR[TE]TAS

Colectivo de Mujeres Creadoras de Lizarraldea

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